Precaliente el horno a 325 °F.

Forre una bandeja para hornear con papel manteca.

En la base de un recipiente para batidora, bata mezcle la mantequilla y el azúcar hasta que estén suaves y esponjosos, aproximadamente durante 3 minutos. Agregue los extractos y la sal, y bata durante 30 segundos más. Reducir la batidora a una velocidad más baja y agregue lentamente la harina y deje que todo se mezcle hasta que se haya integrado por completo. Agregue las almendras y deje integrar por completo.

Use una cuchara para galletas o las manos para formar bolas redondas de masa, cada una del tamaño de aproximadamente 1 cucharada. Coloque las bolas en la bandeja para galletas a 1 pulgada una de otra. Una vez que haya llenado la bandeja para galletas, llévela el refrigerador para enfriarlas durante 15 a 30 minutos.

Una vez frías, coloque la bandeja en el horno y hornee durante unos 20 minutos o hasta que las galletas estén completamente horneadas, doradas en la base pero aún pálidas por arriba. Deje que se enfríen en la bandeja durante 5 minutos y, luego, transfiéralas a una rejilla para que se enfríen por completo.

Revuelva las galletas frías en el azúcar en polvo y sírvalas o guárdelas con más azúcar en polvo extra en un recipiente hermético. Se conservan durante unos 5 días. La masa también se puede congelar y hornear en otro momento.

Sustitutos:
Reemplace las almendras por la misma cantidad de nueces pecanas, nueces, pistachos o una combinación de frutos secos.

Dé forma a la masa y, luego, congele las galletas en una bandeja para hornear antes de transferirlas a una bolsa hermética para congelador. Guárdelas en el congelador para hornearlas en otro momento.

Agregue ralladura de naranja o lima fresca para darle un toque cítrico.